Fresco del Toro - Arte cretense

lunes, julio 19, 2010

EL ARRABAL EN EL TANGO

LA MUSA MISTONGA

La musa mistonga de los arrabales,
la mistonga musa del raro lenguaje
que abrevó en las aguas de los madrigales
y al llegar al pueblo se tornó salvaje,
la que nada sabe de abates troveros
que hilvanaron dulces endechas de amores
pero que, por boca de sus cancioneros,
conoce la vida de sus payadores.

La que nada sabe de los caballeros
de acción en las lides de los cintarazos,
pero sabe casos de jugarse enteros

un par de malevos a prueba de hachazos;
que ignora la gloria de un día vivido
bajo la fragante fronda de Versalles,
pero sale alegre cuando ha anochecido

a ver los muchachos jugar por las calles.

A ver cómo pasan felices parejas
y se torna alegre la cara del ciego

si escucha que hilvana sus canciones viejas
el buen organito que mentó Carriego;
que ignora la cuita de la princesita
que pecó indiscreta con el rubio paje,
pero que se apena porque Milonguita
ha dado un mal paso y llora su ultraje.

Que no se ha enterado que en una pavana
se lucieron reyes de blasón y rango...
Su amigo, el malevo, hace filigranas
en el duro piso y al compás de un tango;
al compás de un tango donde abreva ahora,
para literarios implacables males,

en la suburbana paz evocadora,

la musa mistonga de los arrabales.

Tango
1926
Música: Antonio Polito
Letra: Celedonio Flores

Las palabras "arrabal" y "arrabalero" entraron en el tango en 1919 de la mano de un poeta, Celedonio Flores, y salieron en los años de 1940 de la mano de otro poeta, Homero Manzi. Fueron 30 años en los que la geografía urbana fue uno de los temas principales de las letras de tango. "Arrabal" es una palabra castellana de origen árabe. No es el latino "suburbio"(sub-urbis), que supone una organización territorial, ni el medieval "extramuros", que implica por oposición una ciudad amurallada, ajena a la tradición americana. Es un ser de la ciudad fuera de sí, un derrame de su substancia que forma un frente impreciso sobre la campaña. El arrabal se define más en el tiempo que en el espacio: es el crecer de una ciudad.

"Arrabal" -como "orilla" y "orillero" que es su forma peyorativa- tiene una fuerte carga social; el afuera que implica es un "abajo", y el centro al que se opone es un "arriba", en una sociedad que mal tolera las metáforas verticales (casi todos los argentinos se califican a sí mismos como clase media). El uso social de la palabra es evidente en Celedonio Flores.

La palabra es utilizada por el poeta para expresar en términos de paisaje urbano un contraste de clases: pobres y ricos, proletarios y burgueses, masa y elite del dinero. Esta visión dicotómica de la sociedad era sí ideológica, pero expresaba un contraste completamente real. Los trabajadores, los pobres, los humildes de la ciudad, excluídos sea de la cultura que de la esfera del consumo conspicuo, habían desarrollado su propio ambiente cultural y comercial. No era la pérdida de valores y de respeto por sí mismo, la degradación física y moral propia de la marginalidad, que existía por cierto en Buenos Aires, pero que no se confundía de ninguna manera con los barrios de los trabajadores. Era una cultura paralela, con sus propios valores, su propia escala social, sus tradiciones y costumbres.Los intelectuales bohemios, anarquistas y socialistas del grupo de Boedo se propusieron un programa ideológico: nobilizar, dar forma artística, legitimar al fin de cuentas, el paisaje urbano, las costumbres, la música, el lenguaje, el modo de vestirse y de comportarse de los ciudadanos de la nación. Lo consiguieron; con el tango, con la entrada del voseo y del lunfardo en el periodismo, en la poesía y en la novela; con la elevación del inmigrante, del compadrito, de la fabriquera a figuras nacionales. Descubrieron una manera de ser argentino distinta de la mitización del gaucho, del militar, del prócer y del cura preferida por la cultura oficial. Su triunfo sin embargo contribuyó (como el más concreto ascenso económico y social de los obreros y la clase media entre los años 20 y 40) a disolver la frontera entre las "dos naciones", y por lo tanto la dicotomía urbana de centro y arrabal. Dicotomía que vuelve a resurgir, en estos años de neoliberalismo, en un nuevo arrabal morocho, clandestino y latinoamericano, repartido a islotes en la ciudad tentacular...

Fuente: Miguel Angel García, EL ARRABAL EN EL TANGO.

1 comentario:

  1. Jorge Fabian Croce14 de mayo de 2011, 16:21

    Siempre me sorprenden muy gratamente tus notas. Muchas gracias Angeles!!! Un orgullo ser tu amigo!!

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