Fresco del Toro - Arte cretense

miércoles, julio 28, 2010

Ovidio: LAS METAMORFOSIS

PIGMALIÓN Y GALATEA

La sumisión: lo que poseemos, irremediablemente nos posee tras procrear una ilusión vacía. Ya no es nada, por muy risible, ingeniosa, alabable y hasta única. No es creación, sino engendro. Burla. Apariencia. Espuma. (anónimo)

"Pigmalión vivía solo y sin esposa, y llevaba ya mucho tiempo desprovisto de consorte. Por entonces esculpió con admirable arte una estatua de níveo marfil, y le dio una belleza como ninguna mujer real puede tener, y se enamoró de su obra. El rostro es el de una joven auténtica, de quien se hubiera creído que vivía y que deseaba moverse, si no se lo estorbara su recato: hasta tal punto el arte está escondido por obra del propio arte. La admira Pigmalión y apura en su corazón el fuego por aquel cuerpo ficticio. Muchas veces aproxima a la obra sus manos, que la palpan para comprobar si aquello es un cuerpo o es marfil, y aún no se resuelve a admitir que sea marfil. Le da besos y cree que ella se los devuelve y le habla y la coge, y le parece que sus dedos oprimen los miembros que tocan, y teme que se amoraten las carnes que él aprieta, y ya le dirige palabras acariciantes, ya le lleva, regalos gratos a las jóvenes, conchas y torneadas piedrecitas y pajaritos y flores de mil tonos y lirios y pelotas de colores y lágrimas caídas del árbol de las Helíades; le adorna también con ropas los miembros, le pone piedras preciosas en los dedos, le pone un largo collar en el cuello; de las orejas le cuelga ingrávidas perlas, del pecho cadenillas. Todo le sienta bien; pero tampoco desnuda resulta menos hermosa. La tiende en un lecho de ropas teñidas por la concha de Sidón (de púrpura), y la llama compañera de su tálamo, y reclinándole el cuello lo hace reposar en medio de blandas plumas, como si ella lo fuera a notar.
Había llegado el día de la fiesta de Venus, el más celebrado en toda Chipre, y habían caído, golpeadas en la nívea cerviz, vacas con amables cuernos recubiertos de oro, y humeaba el incienso, cuando Pigmalión, después de realizar su ofrenda, se colocó junto al altar, y empezando timidamente: "si los dioses podéis darlo todo, yo anhelo que mi esposa sea..." y no atreviéndose a decir "la joven de marfil", dijo "semejante a la joven de marfil". La áurea Venus, que asistía en persona a sus fiestas, comprendió lo que significaba aquella súplica, y, como augurio de su favorable voluntad, por tres veces se encendió la llama y levantó por el aire la punta. Cuando volvió Pigmalión, va en busca de la imagen de su amada, e inclinándose sobre el lecho le dió besos: le pareció que estaba tibia; le acercó de nuevo los labios, y también con las manos le palpó los pechos: el marfil, al ser palpado, se ablanda, y despojándose de su rigidez cede a la presión de los dedos y se deja oprimir, como la cera del Himeto se reblandece al sol, y moldeada por el pulgar se altera adquiriendo múltiples conformaciones, y es el propio uso el que la hace útil. Él se queda atónito y vacila en regocijarse y teme ser víctima de una ilusión, y entre tanto, inflamado de amor, vuelve una y otra vez a tocar con las manos el objeto de sus ansias. ¡Era un cuerpo! Laten las venas palpadas por los dedos. Entonces es cuando el de Pafos (ciudad de Chipre) pronuncia palabras elocuentes con las que quiere dar gracias a Venus, y oprime con sus labios labios al fin verdaderos, y la joven sintió que se le estaba besando y se ruborizó, y levantando tímidamente los ojos y dirigiéndolos a los de él, vio, a la vez que el cielo, a su amante. A la boda que era su obra asiste la diosa, y cuando ya por nueve veces se habían juntado los cuernos de la luna formando el disco completo, dio ella nacimiento a Pafos, de la cual ha tomado la isla este nombre."

Vio Pigmalión a esas hembras vivir en el crimen, y hastiado
de los muchísimos vicios que dio al femenino carácter
naturaleza, vivía soltero y privado de esposa,
y muchos años pasó sin mujer que durmiera en su lecho.
En aquel tiempo esculpió felizmente con arte admirable
una figura de níveo marfil y tan bella cual nunca
hubo mujer, y cayó enamorado de aquella su obra.
Era su cara de virgen auténtica, tal que creyeras
que estaba viva y que sólo el pudor la impedía moverse.
Tanto consigue su arte que el arte se encubra. La admira
y deja entrar en su pecho la llama por un cuerpo falso.
Lleva a menudo a la estatua sus manos probando si es cuerpo
o si es marfil, y que sea marfil se resiste a creerlo.
Besos le da y los cree devueltos, le habla y la toca."

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El mito de Pigmalión, de origen semítico, aparece en la antigüedad bajo representaciones diferentes. La primera está recogida por Virgilio en el libro I de La Eneida; en ella, Pigmalión es rey de Tiro y hermano de Dido. La segunda referencia, más acorde con la denominación y el conocimiento que se ha trasmitido de este mito, corresponde a Clemente de Alejandría y aparece en Protrepticus. En esta obra Pigmalión aparece como un rey de Chipre que se enamora de una estatua de marfil que representa a una mujer esculpida por él mismo. Asimismo, el poeta latino Ovidio, en su obra Metamorfosis cuenta la historia de este personaje, según la cual Pigmalión, rey de Chipre y escultor, había modelado una figura femenina tan hermosa que se enamoró de ella, llamándola Galatea. El premio Nobel de Literatura George Bernard Shaw escribió en 1914 la obra de teatro Pygmalion. En ella, el profesor Higgins, de clase alta y especialista en fonética, toma bajo su responsabilidad la educación de Eliza Doolittle, una florista de baja extracción social, con el fin de enseñarle a hablar correctamente. La pieza teatral de Bernard Shaw obtuvo un gran éxito y se benefició del auge que alcanzaron en el primer tercio del siglo XX el teatro y el cine como espectáculos de masas. De esta obra surgiría su más famosa versión fílmica en 1964, My Fair Lady, dirigida por George Cukor.
Uno de los significados del mito de Pigmalión: el artífice enamorado de su creación. Como en todo mito los significados son como las ramas que parten de un mismo tronco. De una misma imagen, de una misma idea, surgen un sinnúmero de ideas que llenan el campo de la conciencia.

Además, el mito de Pigmalión guarda estrecha relación con el arquetipo de Cenicienta, “la joven condenada a vivir menospreciada y oprimida, pero a la que finalmente le es reconocida su bondad” , pues “Cenicienta constituye la expresión literaria de la que es una de las premisas básicas del sistema patriarcal: toda mujer ha de buscar su autorrealización en el matrimonio y, en concreto, en las funciones a las que éste la destina, que no son sino las dela maternidad y el trabajo doméstico”(C. Fernández)

Publio Ovidio Nasón: escribe en el año 8 Las Metamorfosis, un largo poema en quince volúmenes que recoge diversas historias y leyendas mitológicas sobre el tema de la metamorfosis o transformación. El poema comienza con la primera gran metamorfosis, la creación del universo, y concluye con la muerte y la deificación de Julio César. Muchas de las historias muestran la relación entre los mortales y los dioses, las consecuencias de la obediencia o la desobediencia, y su posterior recompensa o castigo en una transformación final. Es en esta obra donde los temas presentes en la poesía anterior de Ovidio, el amor y el erotismo, se abordan con mayor profundidad, en un intento de explorar las diversas emociones humanas, y donde el talento narrativo y descriptivo del autor brilla con más fuerza que nunca. El libro se ha convertido casi en un manual de mitología griega.

2 comentarios:

  1. Y la cita bíblica, "no es bueno que el homnbre esté solo"?

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  2. Devincenzi, para qué se pone Anónimo?

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