La Dama, también conocida popularmente como Reina, es la pieza más poderosa en el juego de ajedrez debido a la amplitud de movimientos que puede llegar a realizar, y en el juego vino a sustituir a fines del sigo XV a otra pieza menos poderosa y más antigua llamada Alferza.
Eius interim regine gratiam obtineat”.
I
En su grave rincón los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
el macho de la especie humana marcha a ser un simple banco espermático. La reina reinará en el mundo, pero desde ya anticipo que se van a aburrir como la ostia
ResponderEliminarY qué tiene que ver con ésto? Se lo nota preocupado, J.D. ...
ResponderEliminarestoy preocupado por la especie humana en general, y por mí en particular
ResponderEliminarCreo que el secreto reside en aceptar al Otro sin restricciones o prejuicios, y , además, creer en uno mismo. Y aunque muchos, los de su género, temen ser "atrapados" por el otro sexo, en realidad, es ésta , precisamente, la manifestación más palmaria del temor a lo desconocido y distinto.
ResponderEliminarSin referencias exactas es difícil leer esto.
ResponderEliminarGovert Westerveld
Sencillamente excelente articulo
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