Fresco del Toro - Arte cretense

lunes, agosto 23, 2010

La Reina (Dama): "La pieza mayor mas poderosa sobre el tablero"


La Dama, también conocida popularmente como Reina, es la pieza más poderosa en el juego de ajedrez debido a la amplitud de movimientos que puede llegar a realizar, y en el juego vino a sustituir a fines del sigo XV a otra pieza menos poderosa y más antigua llamada Alferza.

Se dice que fue en 1485 cuando la reina se incorporó al ajedrez, sustituyendo a la pieza que hasta entonces se llamaba visir. Esta sustitución fue una especie de iniciativa feminista promovida por la reina Isabel la Católica, en lo que representa una tendencia a ensalzar el papel de la mujer, que se habría iniciado con Juana de Arco, unos siglos antes. Es una leyenda agradable, muy divulgada, pero totalmente falsa. La dama del ajedrez no fue una creación de Isabel la Católica. Es algo impensable, jamás podría modificarse por decreto un juego milenario que se practicaba, con innumerables variaciones, en todo el mundo conocido, desde Portugal a Japón. La gran revolución que hubo en el ajedrez aconteció en el siglo XV en España y se superpone al período de la monarquía de los reyes católicos. Pero el ajedrez no surgió en el siglo XV sino que es más antiguo. ¿Qué había antes que la dama? Cuando los árabes introducen el ajedrez en la Península Ibérica, y a partir de ahí por toda Europa, el tablero era exactamente igual a hoy -con 64 casillas- pero al lado del rey había una figura muy débil, además masculina, que se llamaba "alferza". Éste pesado guerrero medieval es una pieza que apenas mueve un paso en diagonal, es decir que prácticamente es tan fuerte o tan débil como un peón. Todo lo que sabemos es que de no haberse introducido la reina, el destino del ajedrez habría sido, probablemente, un juego muy diferente, con un tablero de mayores proporciones (de 10x10, de 11x10) como por ejemplo ha pasado el juego de damas. La reina se mueve con los mismos movimientos del castillo o la torre y del obispo o alfil. ¿Existe alguna relación entre estos atributos y el poder político y religioso que tuvo la reina Isabel? Se ha buscado esa connotación, pero en los primeros textos sobre el ajedrez se dice que en realidad, la reina tiene los movimientos de todas las piezas, excepto el caballo. Como se dijo, la atribución de la introducción de la dama a la reina católica de Castilla, es falsa. Ya está bien que Isabel pase a la historia como la financiera del Descubrimiento. No hace falta que la convirtamos en creadora del juego del ajedrez.
En la versión árabe del ajedrez, que es la que se introduce en toda Europa a través de España, no se llamaba “dama” a la pieza que se situaba junto al rey.
Al extenderse el ajedrez por la europa medieval, el nombre de la pieza va perdiendo su significado original, y acaba siendo llamada “regina” por una cuestión de simetría, al estar situada en el centro de la primera fila, junto al rey.
La pareja real quedaría entonces rodeada de las cuatro “armas” del ejército primitivo de los indios, creadores del juego: elefantes (torres), carros (alfiles), caballos e infantes (peones). Cuatro armas que son un trasunto de las cuatro extremidades del ser humano, y que son las que dan nombre al juego, pues la palabra “ajedrez” proviene del árabe “al shadrez” que a su vez se origina en el sánscrito “shaturanga”, que significa cuatro (shatur) miembros (anga). La palabra shatur es por supuesto también la antecesora del quator latino, del chetiri ruso, etc…
Sí, “ajedrez” es ante todo el juego de las cuatro partes, como cuatro son los puntos cardinales, como cuatro son los brazos de Vishnu, como cuatro son los océanos como cuatro son los rostros de Brahma, como cuatro sol ciclos cósmicos que entre sí constituyen un sólo día de Brahma…
Entonces, la conversión de la alferza en dama es una cuestión obvia, sin ningún componente ideológico especial salvo el hecho de que la posición de la mujer en la cristiandad no era tan marginal como en el Islam.
En el mundo cristiano junto al rey, lo normal es que esté la reina. Esto es especialmente obvio si tenemos en cuenta que el ajedrez se expandió rapidísimamente entre la nobleza medieval europea y que adquirió incluso rango de juego real, apadrinado y practicado por los mismísmos reyes y reinas.
Puede decirse que la denominación “regina” como sinónimo de la “ferzia”, es decir, de la pieza que se sitúa junto al rey en el tablero ya aparece por ejemplo en un poema inglés en latín del siglo XII, llamado el “Winchester Poem”. Allí se lee:
“Cum pedester usque summam venerit ad tabulam,
Nomen eius tunc mutetur; appelletur ferzia;
Eius interim regine gratiam obtineat”.

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY

I

En su grave rincón los jugadores

rigen las lentas piezas. El tablero

los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?


Jorge Luis Borges. "Ajedrez"

6 comentarios:

  1. el macho de la especie humana marcha a ser un simple banco espermático. La reina reinará en el mundo, pero desde ya anticipo que se van a aburrir como la ostia

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  2. Y qué tiene que ver con ésto? Se lo nota preocupado, J.D. ...

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  3. estoy preocupado por la especie humana en general, y por mí en particular

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  4. Creo que el secreto reside en aceptar al Otro sin restricciones o prejuicios, y , además, creer en uno mismo. Y aunque muchos, los de su género, temen ser "atrapados" por el otro sexo, en realidad, es ésta , precisamente, la manifestación más palmaria del temor a lo desconocido y distinto.

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  5. Sin referencias exactas es difícil leer esto.
    Govert Westerveld

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  6. Sencillamente excelente articulo

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